domingo, 3 de octubre de 2010

LA SITUACIÓN LABORAL DE LOS JÓVENES

Muchos jóvenes, sobre todo quienes terminan el quinto año de secundaria, caen en la incertidumbre de qué hacer una vez finalizada esta hermosa etapa. Están quienes siguen estudios superiores, quienes optan por conseguir algún trabajo y también quienes, lamentablemente, no tienen un futuro tranquilizador.

La situación de los jóvenes trabajadores no es tampoco muy alentadora dada las condiciones en las que se labora, de poca paga, agotadoras, con horarios fuera del tiempo legal, etc. Si bien este es un aspecto generalizado, son importantes los casos particulares, los cuales no son pocos, pero las posibilidades de alcanzar alguna vacante son muy peleadas por la cantidad de chicos y chicas que anhelan pues generarse algún ingreso propio dentro de estos lugares que son empresas muy conocidas.

Empresas conocidas como los supermercados Metro, Wong, Tottus, Vivanda; los centros comerciales Ripley, Saga Falabella; los fast food Bembos, Burger King, KFC, etc., son algunos de los varios lugares donde los jóvenes son requeridos para que desempeñen labores de atención, venta, caja y otras actividades con pagas buenas y condiciones muchas veces favorables.

Los jóvenes que tienen algunos estudios en el campo de los conocidos trabajos de oficina buscan particularmente laborar en bancos (desempeñándose como cajeros), como secretarias para algunas empresas, etc.

Empero, hay una gran cantidad de la población joven que no logran dichos puestos de trabajo. Muchos recurren a labores poco remuneradas y que les exige un sobreesfuerzo tanto físico e intelectual, pero siempre mecanizando los potenciales de estos jóvenes. Otros no consiguen trabajo alguno, o peor aún, no uno honesto.

LAS CIFRAS

De acuerdo a las cifras reveladas por la OIT, en nuestro país actualmente hay más de un millón de jóvenes desempleados, de los seis millones entre 14 y 25 años que viven en el Perú. Con ello la tasa de desempleo es de 18% [1]

Esta situación es preocupante, sobre todo para el contexto de crisis que vivimos actualmente ya que la promoción del empleo (no sólo para los jóvenes, claro) es un indicador de reducción de la pobreza. La crisis mundial ha tenido impactos serios en varios aspectos de las economías de varios países. Ante esto se han desarrollado programas e iniciativas para contrarrestar sus efectos. Nuestro país, por ejemplo, en cuanto a políticas laborales y sociales se refiere, se han realizado algunas transferencias a sectores vulnerables, así como estímulos a la formalización de trabajadores, ampliación de los programas sociales, más no hay una política consistente de largo plazo de fomento al empleo docente y formal [2].

Vemos pues, como el Estado peruano comprende la importante tarea de introducir al mercado laboral a los jóvenes. Esta tarea es resumida en la siguiente frase: “Los jóvenes no son pensados como motor de cambio, sino como objetos de políticas sociales, sujetos de derecho a los que el Estado tiene que brindar una alternativa"[3] . El Estado no solo debe garantizar el acceso a la educación como medida de desarrollo sino también viabilizar un empleo para la gran mayoría mediante la capacitación o la generación de empresas nacionales que soliciten a jóvenes, valga la redundancia, capacitados.

Las propuestas de capacitación son las más desarrolladas. Veamos un ejemplo: El Programa de Capacitación Laboral Juvenil - PROJOVEN del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, capacitó para el empleo a 1750 jóvenes huancaínos quienes se graduaron en una ceremonia donde recibieron sus certificados que los acreditó como técnicos en el oficio de su elección. Ellos fueron entrenados en diversos oficios como gastronomía, mecánica automotriz, diseño gráfico, ensamblaje, instalación y mantenimiento de equipos de cómputo, confección industrial, asistente administrativo y asistente en panadería y pastelería, entre otras ocupaciones de alta demanda laboral [4]. Estos estímulos les proporcionan a los jóvenes las herramientas necesarias para enfrentar el mercado laboral. Según PROJOVEN, a lo largo de sus 16 convocatorias, más de 65 mil jóvenes se han beneficiado, permitiéndoles crecer a nivel personal y material.

[1] CORREO, periódico 12/08/2009

[2] Instituto Peruano de Economía, Comentario Diario 18 de agosto de 2009

[3] Federico Ludueña, ex Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Socia de Argentina

[4] MINTRA, Nota de Prensa, 18/09/2009 (http://www.mintra.gob.pe/mostrarNoticias.php?codNoticia=1769)

Democracia en América Latino. Respecto de las Próximas Elecciones.

Es un tema de importancia, respecto a la democracia, la participación de la ciudadanía frente a la representación, la cual no llena las expectativas de la población y que actualmente, en nuestro país, es un instrumento poco democrático.

La situación del Perú no se desarrolla aisladamente del contexto latinoamericano. El Dr. Miró Quesada Rada menciona un fenómeno usual del que adolece la democracia que es la legitimación de los gobiernos autoritarios. Es decir, según el Dr., que hay que tener en cuenta que los gobiernos autoritarios son elegidos por el pueblo lo cual legitima sus funciones pero que el abuso del poder surge con posterioridad.

Otro problema de la democracia es la falta de negociación entre el Estado y la ciudadanía, capacidad que implique el diálogo y el entendimiento. Resaltan, tanto el Dr. Miró Quesada Rada como el Lic. Alejandro Rojo Martínez, el caso de Bagua, donde la falta de diálogo con los interesados, los nativos, devino un conflicto.

Ante estos dos hechos, la del autoritarismo y la falta de diálogo con el pueblo, y como instrumentos de democracia participativa, toman mayor interés las figuras de la revocatoria y el referéndum.

Postulan ambos estudiosos, respecto a la revocatoria, la necesidad de ampliar su alcance, de modo que puedan ser revocados de sus funciones tanto congresistas como presidentes. Y esto surge dada la situación actual de nuestro país en el cual la supuesta representatividad se degenera en un juego de intereses donde, claro, se obvian los de la sociedad. A esta necesidad de mejorar y ampliar la figura de la revocación, acompaña la del rendimiento de cuentas por parte de todo funcionario del Estado, de modo que podamos estar informados y así poder decidir (en base a si desempeñan sus funciones de manera honesta o no, teniendo en cuenta los intereses de la colectividad) si mantener nuestra confianza o proceder a la revocatoria.

Así también, cuando se habla de referéndum, se debe viabilizar su ejercicio. Siguiendo al Dr. Miró Quesada Rada quien comenta que en su obra Del Ágora Ateniense al ágora electrónica: el futuro de la democracia, plantea a necesidad de la interacción entre los funcionarios del Estado y la ciudadanía por medio de los mecanismos de comunicación (radio, televisión, prensa) y con mucha más fuerza en el uso de la tecnología (internet, redes telemáticas). Por otro lado, postula que los requisitos para el referéndum sean adaptados en proporción inversa a la población, según el Dr., a más población menor porcentaje requerido y a menor población, mayor porcentaje requerido.

La idea es, pues, generar mecanismos de participación más prácticos, accesibles a toda la población para el fortalecimiento de la democracia en América Latina.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Lord Protector

¿Quién fue Oliver Cromwell?

Tal vez resulte su historia muy familiar, claro, bajo distintas circunstancias y diverso resultado de la de muchos de nuestros patriotas, cuyo amor a un Perú libre y sosegado frente el poder solo es comparable al de Cromwell por Inglaterra. Su carácter enérgico muestra que aún los sentimientos más nobles se muestran más fuertes en un hombre con convicciones férreas. Su historia gira en una época donde el temor al Rey era invencible, dada su figura de representación divina en la tierra, cuyas atrocidades fueron el motor de la gesta por una nueva Inglaterra. Siempre acorde a sus convicciones, Cromwell, deseoso de ver a su patria gobernada con justicia, luchó por ello. Me trae al recuerdo la voluntad idílica del gran Túpac Amaru, quien no soportó la opresión del yugo español sobre su pueblo… Fue Cromwell, lejos de ser idealista, un hombre muy aferrado a su realidad. Su intención fue la de librar a Inglaterra del poder despótico del Rey Carlos I, para dejar así el poder de gobernar al Parlamento, como representante del Pueblo.

Logrado el objetivo de vencer las fuerzas realistas, es sometido el Rey a juicio. Este punto es interesante y considero que marca un hito histórico y jurídico: todos somos iguales ante la Ley; su peso cae sobre quien quiera pasar sobre ella. Digo, si entonces puedo ser enjuiciado un Rey, ¿podrá en la actualidad enjuiciarse a un Congresista?

Históricamente, la voluntad del pueblo, representada a través del Parlamento, se hace escuchar y en sus reclamos de justicia un Rey en condenado a muerte, muy a pesar de su (falsamente) situación de representante de Dios en la Tierra. Jurídicamente, la igualdad del hombre, de cualquier condición, ante la Ley, esta última entendida como la manifestación del pueblo.

Creo que es admirable la labor de Cromwell, amó a su tierra y (engañado por quienes él creyó «los representantes de la colectividad», quienes había hecho de aquel poder concedido un nuevo autoritarismo) logró convertirla en una muy diferente, próspera. Como Lord Protector impuso su liderazgo e impulsó Inglaterra a nuevos horizontes. Fue un hombre con gran sentido de justicia, de Estado.

Aunque, debo decirlo, ciertas contradicciones recaen en su figura: era parlamentarista, pero lo disolvió; luchó por vencer la tiranía, mas tomó el poder bajo su única voluntad. Pues bien, a mi parecer, ello era inevitable. Como mencioné, aun los más nobles sentimientos de justicia, equidad y libertad, deben ser alcanzados mediante una férrea voluntad y así lo demostró Cromwell: No fue regicida, fue un hombre cuyas convicciones lo movieron a entender que (al menos) aquel Rey solo llevaría a Inglaterra a su decadencia. Fue pues, un visionario, ya que no fue él quien mató al Rey, fue la Ley, la misma que recoge el querer del pueblo. Tuvo que disolver el Parlamento pues éste mostró su incapacidad y su desinterés por seguir con las metas propuestas: instaurar justicia. Dejaron al pueblo de lado y ello no fue tolerado por Cromwell. Situaciones extremas requieren medidas extremas. No fue un despótico, fue, como los tantos que hemos admirado en nuestro país, un verdadero libertador.
Cristians Silva.

domingo, 11 de julio de 2010

Sobre el Derecho a la Consulta

En una realidad pluricultural como la de nuestro país, cuyo mayor problema precisamente es el de los mecanismos que integren aquellas diversas manifestaciones sociales, resulta impostergable el tema de los derechos que les compete a los pueblos aborígenes cuyo ejercicio se ve limitado por el desarrollo de políticas de inversión sobre los espacios en los que ellos viven. ¿Cuál es la importancia de incluir, dentro de los planeamientos del Estado junto a las empresas privadas, a estos sectores de la población? De acuerdo al profesor Shin Imai de la Osgoode Hall Law School of York University, los efectos de una inadecuada e insuficiente participación de los pueblos dentro de estos proyectos traerían consigo graves consecuencias, sobre todo si el Estado no garantiza un desenvolvimiento regular y sostenible de las actividades que realicen las empresas. Consecuencias como la permanente inhabilitación de tierras o la contaminación de los ríos por los relaves (cianuro) que emiten las empresas mineras y que afectan la salud de los que dependen de tales recursos los cuales, en la mayoría de los casos, constituyen su principal medio de vida.

El profesor de la Universidad Canadiense desarrolló algunos conceptos clave – unos que deben ser rechazados dentro de los requerimientos de una buena política inversionista y otros de gran importancia social – dentro del tema en cuestión, el cual se trató espléndidamente en un coloquio internacional el pasado jueves 01 de julio en el Auditorio Jorge Eugenio Castañeda de la prestigiosa Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, propiciada por su clínica jurídica, intitulado “El derecho constitucional de los pueblos indígenas a la consulta frente a la inversión minera”; son pues los siguientes:

- Unilateralismo: se da cuando no se toma en absoluto consideración alguna respecto de los pueblos y las decisiones se ejecutan de manera vertical, es decir, sin previa información ni consulta.

- Promoción: consiste en dar cuenta someramente sobre un proyecto, en todo caso, mostrando únicamente lo positivo, limitando la posibilidad de la no aceptación del proyecto por parte del pueblo. De este modo también se restringe el derecho a consulta.

Estos son dos de los criterios que suelen tomarse, por parte del Estado, generando malestar en las poblaciones. Por otro lado, existen otros criterios, los cuales se ajustan dentro del esquema constitucional de respeto por los derechos humanos y que genera una mayor integración de la población nativa:

- Consulta: la cual consiste esencialmente en la trasmisión de información adecuada que permita tomar una mejor decisión, ponderándose los costes (los cuales deben tender a ser mínimos) y beneficios (los cuales deben ser generales y de larga duración). Consiste así también en negociar y en un constante diálogo de igual a igual.

- Consentimiento: dato importante que resaltó el profesor Shin Imai, puesto que no se trata únicamente de informar, sino de que una vez evaluada la propuesta, ésta sea aceptada por los pobladores y participen en ella, aportando no sólo su mano de obra, sino también sus conocimientos sobre la tierra que se trabaja.

Tanto pues, la consulta y [de resultar positiva] el consentimiento, permiten una mayor integración de la población en estos casos. Su importancia no solo radica en los hechos que surgen como consecuencia, es decir, de tomarse en consideración la opinión de los pobladores se evitan conflictos y una desarticulación social, lo que quebrantaría el desarrollo de nuestro país. De hecho, está justamente en el ejercicio al derecho a la consulta en que se resalta el carácter humano del Derecho y del Estado: un derecho que no puede ser ejercido por sus principales titulares[1] genera disconformidad, rompiéndose los lazos de mínimos de respeto y pone en duda los cimientos básicos de un Ordenamiento Jurídico socialmente razonable; por otro lado, un Estado que no ejerce un política de integración, se deslegitima frente a la sociedad que pretende proteger y su poder pierde efectividad. El derecho a la consulta, un derecho con implicancias sociales, culturales, naturales no puede ser limitado ni mucho menos dejado de lado a favor de otros intereses en pro de un no tan certero desarrollo.

[1]Quiero señalar que, en primer lugar, un derecho fundamental no puede ser circunscrito a un sector de la sociedad, pues ya en su definición se halla su inherencia a todo ser humano, por lo cual, si bien es cierto que el derecho a la consulta se halla en constante polémica respecto de los pueblos indígenas, éste es un derecho propio también de un poblador (si se me permite la diferenciación) de la costa. No se trata de consultar a los que son en potencia directamente afectados, ya que a corto o largo plazo, el desequilibrio en los recursos naturales afectan a toda la población [peruana].

jueves, 25 de marzo de 2010

Intereses Difusos

Se habla de un interés (humano) al referirnos a aquello que no es provechoso, aquello a lo cual nos inclinamos y buscamos proteger dado los beneficios que nos puede generar. En el ámbito jurídico encontramos este término sin que se pierda la definición que sobre él se ha dado; existe, sí, una tipificación establecida por el sistema jurídico lo cual varía levemente su significación y su aplicación. Ahora bien, hay quienes relacionan el interés con el derecho subjetivo. Así, el jurista peruano Juan Morales Godo observa “que el interés es el contenido de todo derecho, o dicho en otros términos, todo derecho subjetivo contiene un interés"[1], es decir, todo sujeto titular ejerce sus derechos a favor de un interés.

Con respecto a lo mencionado anteriormente, debe considerarse lo siguiente:

i) que los intereses no son estrictamente individuales y que, por lo tanto,
ii) hay intereses de carácter colectivo y además
iii) no debe entenderse que todo interés es un derecho, resaltando que sólo los intereses recogidos por el Derecho son contenido, finalidad, aquello que apunta un derecho.

Llegado a este punto, ya podemos empezar sobre el tema que nos atañe, los intereses difusos. Según Germán J. Bidart Campos “con el nombre de interés difusos, colectivos, o supraindividuales se alude a una situación jurídica subjetiva que no es titularizada individual o singularmente por una sola persona, o por cada una de los que forman la sociedad en forma privativa y separada de los demás, sino por muchas que comparte en común ese interés”[2]. Con esta definición, se establece que los intereses difusos se refieren a los intereses que una colectividad puede tener en común. Pero en esta misma definición se igualan intereses difusos con intereses colectivos. Morales Godo no reduce los primeros a los segundos, más bien los diferencia aunque manteniendo ciertas similitudes. Así, solo habla de intereses colectivos cuando pertenecen a un grupo determinado de personas integrantes de una colectividad determinada y organizada; e intereses difusos a los que no poseen respaldo organizacional y cuya característica es que pertenecen a un grupo de personas o clase de personas indeterminadas[3].

El ordenamiento jurídico concede protección a dichos intereses, asimismo establece los procesos o mecanismos para llevar a cabo el ejercicio de derechos de incidencia colectiva. Así, aparece la figura de la legitimación, que consiste en la aptitud de un sujeto de derecho de actuar como parte en un proceso ejerciendo los derechos por sí mismos[4]. Generalmente se vincula a los intereses difusos con la preservación del medio ambiente, teniendo en cuenta que su atestado no afecta solo intereses particulares, sino los de toda una colectividad. La Constitución establece que los seres humanos tienen derecho “a la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida” (Artículo 2º, inciso 22). Todo acto en contra de este derecho tiene efectos de alcance colectivo puesto que es un interés común el vivir bien.

Ante ello la Ley de Hábeas Corpus y Amparo en su art. 26 tercer párrafo reconoce la legitimidad ad causam a cualquier persona, aún cuando la violación o amenaza no lo afecte directamente.

Ahora bien, según el abogado Fabrizio Castellano Brunello, “la normatividad procesal contiene imperfecciones cuando nos encontramos frente a los denominados intereses difusos o colectivos y ello… ha acarreado que estas imperfecciones afecten no solamente al trámite de proceso, sino a la facultad misma de accionar basándose en intereses difusos”[5], Castellano resalta la insuficiencia del desarrollo del Derecho Procesal. Considera, que serán los pronunciamientos que pueden ser expedidos por las autoridades los que sienten las bases pero que la tutela por intereses difusos no se vea como algo “extraño”, “raro” e incluso “riesgoso”[6].

[1] Morales Godo, Juan, “Instituciones de derecho procesal”, Lima, Palestra Editores, pág. 153, 2005

[2] Bidart Campos, Germán J., et al. “Doctrina Constitucional”, Trujillo, Editorial Libertad, pág. 11, Setiembre 1992

[3] Morales Godo, Juan, Ob. Cit., pág. 154
[4] Morales Godo, Juan, Ob. Cit., pág. 155

[5] Castellano Brunello, Fabrizio, “Algunas reflexiones sobre la problemática de los intereses difusos en defensa del medio ambiente y la acción de amparo”nstituciones de derecho procesal” en los Cuadernos Jurisprudenciales Nº 21, Lima, Gaceta Jurídica Editores, págs. 21-22, Marzo 2003

[6] Castellano Brunello, Fabrizio, Ob. Cit., págs. 22

martes, 2 de marzo de 2010

Teoría del Interés

¿Cuál es el fin del Ser Humano?

En este breve artículo pretendo transmitir parte de la filosofía contractualista, aunque, en cierto modo – y el lector más repasado en estos temas lo descubrirá – me aparto del contenido original del cual solo tomo algunos datos que alimenten Mi Teoría o mejor dicho, sin ánimos presuntuosos, la Teoría que comparto, tal vez, con muchos otros.

Desentrañar el Fin (o Fines) del Hombre, necesariamente nos ubicaría en la búsqueda de definir lo que es el Hombre, la misma que, tras muchos siglos continúa. Pero no es empresa mía la de resolver tal anfractuoso tema. Cuando menciono el Fin del Ser Humano, me refiero a que rol cumple dentro de este universo de ideas y hechos, el Mundo. Es decir, al Hombre dentro de un conjunto de situaciones dinámicas con sus semejantes.

Ahora bien, yo creo que el Hombre (individual o en conjunto) no busca el bienestar social. Veamos:

- El Ser Humano es una maquina inagotable de necesidades, de las cuales, muchas se ven imposibilitadas de ser satisfechas por causa de la Naturaleza. En ello radica su existencia, satisfacer en la medida de lo posible la mayoría de ellas (1).

- El Ser Humano anhela más de lo que tiene ya que sin esta intención la idea de desarrollo o progreso no tendría sentido (2).

- En todo Ser Humano subyace un interés, una pretensión sobre ciertos efectos esperados. Estos se ven amenazados sólo por otros intereses (1).

- No existen Hombres libres de egoísmo, pues es una característica instalada en nosotros a través del tiempo. Ahora bien, todo acto colectivo es la convergencia de intereses similares (2).

A continuación, explicare los párrafos enumerados pues son parte importante de esta Teoría.

1) Ante la necesidad de comer, el interés que surge en un Ser Humano es el de hallar los medios adecuados para satisfacer tal necesidad, así, puede valerse del trabajo ejercido por otro o sencillamente adquirir algún alimento directamente. Ahora bien, puede darse el caso de no haber alimento accesible en el espacio en que se halle el Sujeto, lo cual demuestra que la Naturaleza imposibilita la consumación de la necesidad surgida y que atenta contra la vida misma del Hombre. Otro caso es el de que existiendo el alimento, este solo se lo proporciona otro Sujeto, que en este caso es el productor y/o vendedor. Vemos pues que el Primer Sujeto tiene la necesidad de comer y su interés se materializa en un determinando producto alimenticio, en cambio, el Segundo Sujeto tiene la necesidad de subsistir (Primera Gran Necesidad), y su interés es el de vender el producto. Ante ellos hay pues, intereses complementarios.

2) Si un gobernante cometiera abuso del poder que detenta, la posibilidad de satisfacer nuestras necesidades podrían verse amenazadas. Surge pues un interés común entre los gobernados que se materializaría en una revolución a fin de cambiar dicha situación. La idea de progreso es similar, ya que en un determinado momento surgen intereses comunes en un grupo específico de Hombres que tienen como base la necesidad de saber (Segunda Gran Necesidad). Este parte de la humanidad no se contenta con lo adquirido por vía directa de los sentidos, el conocimiento le proporciona ventajas sobre sus semejantes y con ello puede desarrollar de modo más eficiente los medios que satisfagan la Primera Necesidad.

Mencioné que el Ser Humano no pretende el Bienestar Social (TERCER PÁRRAFO) y considero que de algún modo he proporcionado los fundamentos que expliquen tal afirmación. Para que la idea de Bienestar Social tenga un valor empírico el interés por conseguirlo tendría que ser común en todos los seres humanos de modo que el grupo se constituya en una unidad. He aquí donde el Ser Humano, con su compleja, variada naturaleza no hace posible que se dé tal unidad. Tal vez, lo más cercano a la idea de Bienestar Social sea la de Progreso.

PS: esta Teoría, si se me permite, tiene aún varios vacíos. Seguiré trabajando en ella, si es posible, con sus aportes o con los que halle a mi disposición en los grandes avances intelectuales.

viernes, 19 de febrero de 2010

Día Uno...



Mi llegada a la Facultad fue silenciosa, como la de casi todos, sin guiar la mirada siquiera a alguno que, al mismo tiempo, entraban a paso apurado. Aquel inmenso frontis de verdes columnas y límpidos ventanales inspiran un considerable respeto a quien ose atravesar sus puertas. Pareciera que las imágenes precolombinas, dibujadas todas en la parte superior del edificio, te miraran inquisitivamente, como juzgándote, como si fueran ellas las que aprobaran tu presencia en la Facultad. Entré pues, tratando de calmar la ansiedad que causaba en mí la nueva experiencia de ser universitario; el hall, un espacio abigarrado de paneles (los cuales ni me tomé la molestia de revisar, no aquel día), fue como estar en el centro de una vorágine: la gente se dirigía en distintas direcciones, escaleras hacia arriba, hacia abajo, hacia afuera; a la izquierda un corredor fosco, uno lleno de luz y más largo aún a la derecha. No sabía dónde mi salón se ubicaba.

No me gusta solicitar información, peor aún por esa mala onda de cachimbear a quienes lo hacen. Decidí aventurarme por aquellos espacios que poco a poco iba memorizando. La mayoría de las puertas que iba pasando estaban cerradas; lo curioso y lo que aún no logro entender (de hecho, que por flojera no logro investigar) es que casi todas tienen un nombre. Claro, lo entiendo por los Salones de Grados y Conferencias pero, ¿en los salones? Tampoco me retuve en esto. Mi propósito era dar con mi aula, mi primera clase, ser el héroe, impresionar, llegar a ser el mejor abogado. Creo que le di un par de vueltas al edificio y nada, pero siempre aquellas figuras que atisbando mi confusión, como queriendo ayudar, eran retenidas por el tiempo, tan llenas de historia, del Perú y San Marcos.

Caminé hasta dar con un quiosco y vi mucha gente alrededor. Era obvio. Aquellos rostros, ilusión maquillada y bien arreglada, las mejores ropas y esencias aromáticas que señalaban mi lugar de destino. Fue en esa ocasión en que descubrí que mi temor era irracional, fuera de toda lógica. No podía ver con anticipado recelo a quienes serían mis amigos y amigos durante los próximo seis años. La diversidad de personalidades sólo me decía una cosa: la lucha será difícil, no imposible. Jóvenes de dieciocho y más, animosos y ávidos de conocimientos, altos, bajos, con mochila o maleta, algunos con su laptop, zapatillas de distintos colores. Las chicas, lindas, con ese aire de orden que se expresa en su vestir, en su hablar, sus sonrisas muestran seguridad en ellas mismas, pasión por el estudio.

Un hombre de baja estatura, algo encorvado, fue quien abrió el aula donde tendríamos nuestra primera clase, sería el mismo hombre que durante las tardes siguientes, al son de una flauta, entonaría agradables melodías. Ingresamos pues, no sin curiosidad, a aquellos amplios salones: estaba dividido en dos partes, la plataforma principal, donde está el escritorio para el profesor y el podio donde también está la computadora con la cual suele trabajar; al frente están las carpetas para nosotros, de forma escalonada en ascenso. Muy amplia, recuerdo que aquel día éramos casi como doscientos. A los costados se hallan ventanales que, dada la temporada, se abren para orear el ambiente.
Fue solo una clase. Entretenida. Aquel hermetismo que presuponía en los profesores y sus cátedras se desvaneció en haces de una genial combinación entre lo ameno y los intelectual. Olvidaba, minuto a minuto aquella anacrónica y bien despistada frase que rezaba en libros de mis abuelos: la letra con sangre entra.

Acabada la clase, me nació otra curiosidad: ir al comedor de la universidad. Si bien sería una nueva travesía encontrar dónde estaba éste y más aún, no tenía ni la menor idea de cómo poder acceder a una ración. A pesar de ello, fui. En esta ocasión pude divisar San Marcos de un modo distinto: como aquel fuerte león, otrora rey de la selva, que por el tiempo había sido, o se había intentado, quitarle su predominio, hiriéndolo, aislándolo, quitándole lo más preciado que pueda poseer, su territorio… Una imagen desoladora, tan llena de zozobra y rencor contra la indiferencia que manipula los intereses de la sociedad, creando conformismo, olvido, retroceso. San Marcos y mi Facultad se erigen sobre una suerte de heroico misticismo arraigado desde los profundos años en que la única gran Universidad de Lima era dueña de las mentes más prodigiosas y fructíferas del país.

Llegué, al fin y me encontré con un espacio aún más triste. La descripción solo me traería desanimo mas diré que nunca hallé más Perú en otro lugar que en el comedor. San Marcos en un pequeño Perú; el comedor, una pequeña Lima. El criollismo de las colas, la venta de cucharas las protestas que solo crean mal digestión (¡ojo!), miles de rostro distintos, razas, culturas, convergencia absoluta, donde, a pesar de todo, somos iguales. La comida, regular, agradable.

Me encaminaba hacia la salida y me puse a observar, de lejos, a la Facultad. Su imponente edificio de verde-tranquilidad es una esfera de lucha progresista: solo quienes quieran el cambio saldrán adelante, abogados que no vean el destino como una mera preocupación económica. Abogados que, vistiendo la humildad con elegancia, y preconizando justicia a quien la requiera, podrán ofrecerle al Perú un nuevo rumbo.

Me desplazo, ahora con caminar pausado, admirado de mi decisión. Aquellas imágenes zoomorfas, desde lo alto, parecieran sonreír.